miércoles, 31 de agosto de 2011
Buena Noronha
Al ‘charapa’ Osnar Noronha lo hemos visto jugando, pero pocos conocen que también ‘chambea’ duro en otra cancha. El jugador del Aurich forma parte de un proyecto que busca salvar al manatí, un animalito amazónico, de la extinción.
Depor compratió sus vivencias en el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), en Quistococha, Iquitos. Allí hace una labor anónima, pero efectiva. ¿Cómo te involucras con este proyecto?
Hay mucha gente que caza indiscriminadamente estos animalitos y no se hace nada al respecto. Por eso participo en este proyecto que tiene como fin salvar al manatí, al delfín rosado y al paiche. Por eso me involucré a título personal con ACOBIA, que es la asociación que estudia la biodiversidad de la selva.
En vez de futbolista, mejor hubieras sido veterinario.
Siempre me gustó estar cerca de la naturaleza. Paraba en el río Amazonas y en la laguna Moronacocha. Allí quedé impresionado por la cantidad de especies que tenemos. A los 14 años empecé a acudir al laboratorio de la IIAP para alimentarlos y darles cuidado.
¿Te consideras un protectorde la amazonía?
La idea es que seamos conscientes de que este tipo de proyectos nos cambiará la vida a todos. La selva es mi vida y el pulmón de toda la humanidad. No podemos dejar que nuestra fauna se extinga.
¿Cómo haces para seguir en el proyecto ahora que vives en Chiclayo?
Cada vez que llego a Iquitos, visito a mi familia y luego voy a Quistococha. Considero que siempre se puede hacer un esfuerzo por una causa justa. ¿No lo crees? El hecho de ser futbolista no me puede desligar de este proyecto.
¿El apelativo de ‘Paiche’ tiene que ver con tu afición a la natación?
Bueno, varias veces por necesidad crucé a nado el Amazonas. Fue cuando jugaba en los caseríos a una hora de Iquitos. A veces las lanchas se llenaban de agua y no me llenaba de agua y no me quedaba otra que ‘tirar’ brazo. Cuando estaba en la reserva del CNI me pusieron esa chapa. Me gusta.
Tu primer año en la profesional no fue de lo mejor económicamente.
Fue muy duro, el dinero no alcanzaba casi nunca. A veces la hacía de balsero en Puerto Belén y hasta ‘chambeaba’ en una mototaxi de mi primo para bucármela. Tengo que agradecer mucho al profesor ‘Chalaca’ Gonzales. Él me promovió en CNI y me dio la oportunidad para jugar. Era muy generoso, nos ayudaba con las propinas. Siempre se lo agradeceré.
¿En Aurich aseguraste tu vida?
No puedo negar que hice un buen contrato, pero el dinero no lo es todo. Yo quiero destacar y con mi juego lograr un espacio en la selección. Creo que en algún momento me llegará la oportunidad. Solo es cuestión de trabajar duro.
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