Pedí permiso en mi trabajo para ver el partido ante Cobresol y ahora me arrepiento, porque me duele el hígado un horror y estoy demasiado desilusionado, sin ganas de nada. El equipo jugó pésimo. Peor que el papelón que significó el empate ante Unión Comercio. Frente a los moqueguanos, el Ciclón deambuló, extraviado en errores y naufragando en un mar de conformismo y dejadez.
Lo primero que no tiene Aurich, es brújula. El colombiano John Valencia es una decepción total. Umaña dirá que el verdadero titular es Javier Araújo, me parece muy bien, sin embargo eso no explica para qué trajeron, entonces, a Valencia que no juega a nada y tiene al Ciclón a la deriva.
Su paisano Julio Caicedo no le llega ni a la punta del zapato al "Burro" Ascoy y el argentino Leandro Fleitas únicamente sabe meter patada, agarrar a los rivales y gritar como un energúmeno a los árbitros porque con la pelota es un cero a la izquierda. Y su presencia en la cancha perjudica al Ciclón pues le deja abierta la puerta a los rivales.
La imagen del campeón nacional está por los suelos. No han pasado ni tres meses de la vuelta olímpica en el Estadio Nacional y ahora somos el hazmerreír de los rivales.
Diego Penny no tuvo culpa en ls goles aunque en el segundo tanto rival estuvo bastante adelantado. Roberto Guizasola aportó poquísimo, ratificando su mal momento, en tanto que Nelinho Quina tras un buen comienzo se apagó y regaló la segunda diana contraria.
Contreras hizo mejor las cosas que el desubicado Fleitas pero ni juntos los dos hacen el 50 por ciento de lo que hacía Balbuena.
Rojas estuvo bien en la marca pero al final se contagió del desconcierto que reinó en el equipo. Valencia está dicho, al igual que Caicedo mientras que Trujillo fue lo mejor del Ciclón.
Tejada falló el penal que hubiera cambiado la historia y Zúñiga aportó con su gol.
En suma, una noche muy mala pero que enciende las alarmas en el club.
Kike Ciclón
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