De mal en peor

Los aurichistas nos llevamos una nueva decepción del estadio Elías Aguirre. Vimos a un equipo desordenado y sin aspiraciones, jugando de mal en peor. Lo único que cambió en comparación con el partido con Pacífico fueron las ganas, pero igualito no alcanzó para ganar.
Sport Huancayo hizo lo que todos le hacen al Aurich: defenderse y dejar que el Ciclón se enrede en su propia inoperancia. Todos los rivales ya saben los pírricos argumentos que tiene Bakero: tocar, tocar, tocar y nada más. ¿Variaciones ofensivas? No hay. ¿Jugadas preconcebidas? No hay. ¿Pelotazos al vacío, sorpresa en la salida de los laterales, triangulaciones, remates de fuera del área?  Nada de nada. Aurich juega, sencillamente, a nada.
La responsabilidad, obviamente, es de Bakero. Alguien le dijo, seguramente, que nuestro fútbol es de barrio y trajo esa filosofía al Perú. Y así, sin bases ni argumentos, juega el Aurich.
Erick Delgado tuvo una buena labor pese al golazo de Mimbela. Salvó un gol cantado de Cleque.
Josué Estrada aportó únicamente entusiasmo. No se proyectó mucho. Céspedes, en cambio, tuvo un magnífico primer tiempo, convertido en pesadilla de los huancas, pero en el complemento se apagó totalmente.
Ramos y Fleitas no tuvieron problemas con los contados ataques contrarios y Rojas, tras neutralizar a los rivales, se sumó al ataque en forma constante. Atoche hizo poquísimo en el ida y vuelta mientras Guevara fue lo peor de la cancha, malogrando, incluso, el que pudo ser el tanto del triunfo.
Kahn ratificó su mal momento mientras Sánchez no hizo nada de nada. Ovelar lució ganoso, buscando marcar pero sin mayor fortuna, excepto por su golazo.
Velarde no hizo mucho al igual que Pacheco mientras que Viza ratificó también que no aporta gran cosa en las pretensiones aurichistas.
De mal en peor. Aurich está como el cangrejo. Tras comenzar bien, entusiasmando a todos, ahora marcha para atrás.

Ferreñafe