Pensé, cuando me encargaron comentar el rendimiento del equipo, que iba a renegar con el equipo, y da gusto equivocarse y celebrar una gran victoria. Aurich cumplió un buen partido, se esforzó para sumar los tres puntos, puso entereza en la retaguardia y jamás se desordenó. Y esa fue la clave para conseguir el 1-0 sobre Unión Comercio, jugar con orden.
Esta vez no hubo mucho toque, ni desplazamientos innecesarios. Aurich hizo lo suyo. Agruparse bien en la retaguardia y contragolpear con Ovelar o con Sánchez quien a la postre, hizo el gol triunfal. Unión Comercio no tuvo idea para romper el candado aurichista en la mediacancha y así se labró el importante triunfo.
La tarea, ahora, es mantener ese rendimiento, seguir jugando con corazón y entrega y sumar puntos no solo para alejarnos de la baja, sino también tentar un torneo internacional para el 2014.
Erick Delgado fue la figura de la cancha. Salvó varias pelotas venenosas y lució sobrio, seguro y soberbio en la puerta aurichista. Transmitió seguridad a su defensa.
Josué Estrada estuvo muy bien en los desbordes y en la marca. No es un súper crack pero tiene talento y le sobra garra. Jamás baja los brazos. Sacó 18 de nota. Fleitas y Ramos impusieron condiciones en la zaga, sin hacerse problemas bien ayudados por Josemir Atoche quien se jugó su mejor partido en el Ciclón.
Edson Díaz también exhibió mucho pundonor y taponeó todos los intentos contrarios. Alfredo Rojas fue un gigante en la contención, desbaratando todos los intentos rivales mientras que Mario Velarde no lució pero ayudó bastante en la marca.
Junio Viza fue el valor más bajo del equipo y no lució mientras que Italo Regalado mostró muchas ganas en la avanzada como acompañante de Roberto Ovelar que también le puso corazón en pos de la victoria.
Sánchez hizo el golazo de la victoria aurichista mientras que Tarek Carranza ayudó en la marca a Rojas, cuando Unión Comercio se había ido con todo al ataque.
Oscar Vílchez fue reelegado injustamente de la mediacancha y fue una de las principales figuras del Ciclón.
Un triunfo que vale oro y sobre todo para levantar el ánimo al equipo.
Ferreñafe
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