lunes, 11 de enero de 2010

Tejada: "confíen en nosotros"

En algunos lugares de Panamá, los dientes de oro no brillan, excepto en las canciones de Rubén Blades y en los campos de fútbol. El responsable de que las hinchadas vitoreen en los estadios a las piezas dentales con incrustaciones vive desde hace unos días en el Perú. Se llama Luis Tejada y es la carta de gol de Juan Aurich.
Cada uno de los 18 goles que ha anotado siendo el segundo goleador histórico de la selección de Panamá —solo detrás del mítico Jorge Dely Valdés— ha provocado delirios y ha devuelto brillo y prestigio a la tradición panameña de usar dientes de oro.
Luis Tejada recibió a Wilfredo Sandoval, corresponsal de El Comercio en Chiclayo y le contó la historia de su brillante sonrisa.
El año 2007, Luis Tejada llegó a Colombia por segunda vez para jugar en el América de Cali. Luego de haber irrumpido por primera vez en el fútbol cafetero el 2004, lo que le valió para emigrar a Emiratos Árabes Unidos y regresar a su país natal como el goleador pródigo, su pase por Once Caldas de Colombia y el Real Salt Lake de la MLS no había sido auspicioso, pero en Cali pachanguero renació y los titulares empezaron a llegar con el peso de sus goles: “El ‘Diente de oro’ vuelve a brillar”, decían, como en la canción Pedro Navaja.
Pero en su país, tener dentaduras valiosas no es cuestión de delincuentes. “En Panamá eso del diente de oro es una tradición. A mí me pusieron ese apodo cuando llegué a América de Colombia, tengo dos incrustaciones y en la medida en que iba anotando empezaron a hablar de mis dientes”, comentó el atacante.
Sin embargo, esas incrustaciones le valieron algunos problemas. Años antes de su segunda llegada a Colombia, el chico de los dientes de oro, un cristiano fiel, había pedido a su dentista que le mandara a hacer dos fundas doradas con sendas cruces grabadas. Poco después se fue a jugar a Emiratos Árabes Unidos, un país donde la religión musulmana veía mal los símbolos católicos.
“Los dos dientes del centro eran de oro y tenían una cruz. Uno de los dirigentes del club Al-Ain, donde jugaba, me dijo que me daba lo que quisiera porque me sacaran la cruz. Tuve que viajar a Panamá para cambiármelas. Era una cuestión simple: se tiene que respetar a los países que uno va”, comentó.
La trayectoria de Tejada es amplia y se inició a los 17 años en el Tauro FC, el mismo equipo al que volvería el 2009 para pelear el título y ser el segundo goleador del campeonato, con 13 goles en diez partidos.
Tejada es un tipo de sonrisa fácil, tiene la alegría de esa hispanía de la que habla siempre Rubén Blades en sus canciones. Con esa alegría dice lo que se puede esperar de él y del cuadro chiclayano.
“Confíen en nosotros. Este equipo va a luchar mucho por meterse en la Copa y ser campeón de liga”. Se ilusiona antes de mostrar los dientes. Cuando celebra, esboza una sonrisa enorme mostrando dos dientes, dorados por voluntad propia. “Es solo un adorno, una placa, si mañana quiero me las saco”, pero nadie le podrá quitar la alegría por jugar. Mira, sonríe, y el diente de oro vuelve a brillar.

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