La debacle de 2012 en vez de hervir hígados, debe servir de reflexión de como no deben hacerse las cosas. Porque Juan Aurich cometió demasiados erroes, erró en todo y pagó drásticamente las consecuencias, cediendo el título de campeón 2011.
Culpables son muchos. Empezando por Diego Umaña que, por absoluto egoismo, desarmó al equipo campeón y purgó a quienes le robaron el protagonismo en la vuelta olímpica del año pasado.
Luego siguen los dirigentes por hacerle caso a Umaña y dejar ir a valores que aún hubieran aportado mucho al equipo como Balbuena (cien veces mejor que Fleitas) Roberto Merino, Renzo Sheput, Ricardo Ciciliano o el mismo Eduardo Uribe, la gran figura en la derrota del Ciclón ante Real Garcilaso.
La mayor perlita de la dirigencia de Edwin Oviedo fue vender a Luis Tejada cuando Aurich aún podía ser bicampeón.
A esto se suma los málísimos jales como Fleitas, Araújo, Contreras, Ugaz, Reyes que no aportaron nada de nada.
También hubo mala suerte, es cierto, con las lesiones de Caicedo, Montes y Zúñiga, curiosamente los atacantes que tanta falta hicieron en estos tramos finales del campeonato.
Otros rindieron a media agua como Valencia.
Pero la suerte en el fútbol es moneda diaria en cambio cometer errores tan evidentes es condenable bajo todo punto de vista. Y Aurich falló demasiado como para pensar en ser otra vez campeón.
Partidos que se perdieron en forma increíble (Cobresol en Chiclayo, Gálvez en nuestra casa, empate con Boys) y que a la hora de los loros hicieron mucha falta.
Franco Navarro tampoco cumplió con el objetivo. Pese a que se vendió a Tejada y tener la chequera en blanco, Navarro prefirió no contrató a nadie y terminó poniendo a Osnar Noronha de delantero.
Verdad que criticar de afuera es fácil y que todos son generales después de la batalla, sin embargo los errores de Aurich no fueron al último sino todo el año y lo que es peor, todos los hinchas aurichistas advertían y advertían que la nave se iba a pique pero la obstinación de quienes manejan al club fue mayor.
Ahora hay que pensa en 2013 y enderezar rumbos. Renovar el equipo. Varios jugadores terminaron su ciclo, defraudaron y se debe empezar de cero.
El problema es que si Aurich clasifica a la primera fase de la Libertadores, afiatar un nuevo elenco será imposible y la debacle, una más, está cantada. En ese caso, la Sudamericana emerge como mejor alternativa.
El sueño de ser bicampeones acabó en pesadilla. Los autogoles hundieron al Ciclón y es hora de cambios, de no repetir los errores de éste año y fortalacer más al equipo para que a finales de 2013, celebremos, nuevamente, un campeonato.
Kike Ciclón
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