Garra, temperamento, mucho esfuerzo. Esos fueron los condimentos que tuvo Juan Aurich para ganarle a Melgar. Y es lo que se necesitaba, porque los partidos se ganan dejando el alma en cada jugada.
Aurich, además, desbordó en ganas, atacando en forma constante y teniendo siempre el balón en su poder.
El equipo se recuperó con creces de su papelón ante Pacífico y se vio en algo la mano de José Mari Bakero, en la dinámica que quiere darle al escuadrón rojo.
Erick Delgado tuvo poco trabajo y las veces que se le exigió respondió aunque falló en el gol mistiano, pues el balón le rebotó en el tobillo.
Roberto Guizasola mostró muchas ganas y propició constante peligro a la puerta rival, pero fue expulsado. Jair Céspedes fue uno de los mejores de la cancha con sus constantes proyecciones.
Cristian Ramos y Leandro Fleitas estuvieron muy bien en el bloque defensivo frenando los ataques contrarios en tanto Rojas fue un paredón en la mediacancha roja, deteniendo siempre los avances contrarios.
Guevara hizo poco, pasó desapercibido mientras que Vílchez cumplió en el ida y vuelta, ayudando en los avances y fortaleciendo la mediacancha.
Noronha y Velarde no tuvieron fortuna en sus remates finales, desperdiciando muchas ocasiones de anotar.
Pacheco marcó los dos goles rojos y fue el mejor del Ciclónj mientras que Minaya cumplió con acierto cunbriendo el hueco de Guizasola. Atoche hizo poco pero aportó en la marca cuando entró por Guevara.
Ferreñafe
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