Olé olé olé somos coperos otra vez

¡Qué linda fiesta vivió Chiclayo!

Verdad que no fuimos campeones y que era el anhelo de todos los auichistas o también dirán que el Ciclón fue al final simplemente el tercero, pero ¿qué importa cuando uno tiene el corazón contento y siente el alma de fiesta?

Chiclayo olvidó todo lo ocurrido en la liguilla y vistió de carnaval las graderías del Elías Aguirre. Ant CNI la afición roja dio rienda suelta a la alegría y la emoción y vio como los aurichistas escribían una nueva página de gloria para el club.

Y fueron testigos esos mismos señores que en 1968 nos regalaron la alegría de una primera Copa Libertadores. Como invitados de honor y ovacionados antes del partido, los héroes de entonces vieron y aplaudieron a los que hoy nuevamente ponen al Aurich en la vitrina grande del fútbol sudamericano.

Pasaron 41 años de sueños e ilusiones, pero la tarea está consumada. Como yo, miles de chiclayanos sólo sabíamos de esa hazaña por los relatos de nuestros padres y amarillentos recortes. Ahora podemos sumarnos a la algarabía de los viejos y decir, "papá, yo también soy copero como tú".

Porque Aurich está otra vez en la Copa Libertadores. Como esa vez de 1968. Cuatro décadas después el Ciclón vuelve a inscribir su nombre entre los grandes del continente.

Esa algarabía, esa fiesta, esa felicidad la vivimos todos juntos en el Elías Aguirre. Por eso gritamos como locos los goles de Pedro Ascoy, Fernando García y Luis Advíncula, porque con sus tantos ya no somos uno más en el torneo profesional peruano. Ya somos coperos, como en 1968.

Yo aplaudí a los héroes del 68, grité los goles rojos y me quedé hasta el último viendo a "Cuto Guadalupe con la Copa ganada a CNI y disfruté viendo a los muchachos sin camisetas, halagados por los hinchas. Y es que soy feliz siendo testigo de esta hazaña de ver a mi querido Ciclón otra vez en la Copa.

Ahora la responsabilidad es mayor. Hay que ganar a los mexicanos. La tarea es reforzar al equipo y formar un súper Ciclón. Eso se verá más adelante. Ahorita, déjenme ser niño y cantar feliz olé olé olé somos coperos otra vez.

Kike Ciclón