¿Qué pasa con la Videnita?

Las fotos hablan por sí solo de las malas condiciones en que se encuentra la Videnita de Chiclayo, la sede de nuestro querido Juan Aurich y que, al parecer, deberá ser devuelta a la Municipalidad.
Paredes derroídas, despintadas y un grass sumamente crecido, que ratifican el descuido de las autoridades que manejan el Ciclón.

¿Qué es lo que ha pasado con la Videnita? ¿A qué se debe tanto descuido? Si sumamos que los jugadores están impagos dos meses y los trabajadores mucho más tiempo, sobran las palabras para determinar por qué la jueza que visitó nuestro reducto se haya marchado haciéndose cruces y justificando el desalojo de lo que por más de una década fue orgullo nuestro y nos convertía en el mejor equipo de provincias, en cuanto a contar con un escenario adecuado para las prácticas.
Debemos defender la Videnita. Sin ese fortín, Aurich volvería convertirse en un gitano, sin canchas para practicar, sin un gimnasio adecuado como el que se cuenta en el complejo, amén de una sala de videos bien equipado.

Esas salas son las únicas que se salvan de la mala nota que le puso la jueza al escenario. Lamentablemente, la cara visible, la cancha y las paredes, han puesto al Juan Aurich al borde de quedarse en la calle.
La dirigencia no puede quedarse con los brazos cruzados, debe luchar por salvar la Videnita o, en todo caso, buscarse un escenario propio para boi tener más que depender de la Municipalidad.
Una lástima lo que está pasando con nuestro Juan Aurich y hacemos votos para que la amenaza del desalojo no se concrete y en un futuro cercano el Ciclón tenga, al fin, casa propia.