Guillermo Aurich inscribió al equipo en la Liga de Fútbol de Chiclayo en 1930. Junto a él estaban sus hermanos Juan Oswaldo y Edmundo.
Don Guillermo era el gran capitán del aguerrido Ciclón. No solo fue su principal dirigente sino que calzó los chimpunes, se puso la gloriosa camiseta roja y fue bullidor centro delantero del escuadrón aurichista.
Con don Guillermo en la batuta, Aurich inició su despegue y en 1935 llegó a la Primera División. Luego cedió la posta a su hermano Oswaldo y en 1950, retomó el mando.
Y fue que don Guillermo empezó a hacer las cosas en grande. Contrató a rutilantes figuras que brillaban en Lima entre ellos "Patrullero" Gonzales, Marcelino Tello, Julio Tardío, José Castañeda, Carlos Stucchi y Francisco Burga.
El 5 de julio de 1953, don Guillermo lloró como chiquilín por la tragedia que enlutó al fútbol lambayecano, cuando el equipo de Juan Aurich retornaba ganador de Trujillo y el bus fue embestido por un tren en el cruce de la muerte.
Una foto familiar de Guillermo Aurich y todos sus hijos. |
Pero don Guillermo no se amilanó y el Ciclón, el 17 de junio de 1954, volvió a la cancha más grande que nunca, venciendo al mismo equipo que derrotó en esa infausta fecha, el Rambler de Salaverry, en Trujillo.
En 1967, don Guillermo armó un equipazo y consiguió el ascenso al fútbol profesional, con el célebre gol de taquito de Daniel Ruiz al Melgar de Arequipa en el Estadio Nacional de Lima. El Ciclón fue tercero y obtuvo el ansiado pasaje al Descentralizado.
Un año después, con la contratación de Sabino Bártoli como DT y la llegada de Eladio Reyes, Enrique Casttrillón, Nemesio Mosquera, Jorge Luis Charún, Próspero Merino y otros, Aurich se proclama subcampeón nacional.
Y el mérito fue siempre de ese visionario, de ese hombre de temple llamado Guillermo Aurich Bonilla. Don Guillermo vio muchas peripecias del Ciclón. En 1973 dejó el club por las injustas leyes agrícolas del entonces gobierno militar, pero jamás abandonó al Aurich pues estuvo en las buenas y en las malas, apoyándolo en todo.
Guillermo Aurich Bonilla ha muerto, pero ha nacido la leyenda. Igual que su padre, el gran Juan Aurich Pastor, don Guillermo estará ahora en las graderías del cielo, abrazado al "Monito" Arbulú, gritando, como siempre lo hizo, ¡sopla Ciclón!
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ResponderEliminarGenial historia para un club de tanto arraigo y tan bellas jornadas históricas de coraje, pundonor y sacrificio, antes de ayer nos dejó Don Guillermo Aurich Bonilla, pero queda para la Historia y las personas que si son ilustres -en silencio- sin la payasada de algunos "idiotas" que han sido revestidos de "personas ilustres" de nuestra alicaida, hoy visceral y vilipendiada -por los extraños- a nuestra perfumada tierra Ciudad de la Amistad; gracias a Don Guillermo por brindarnos amistad y entrega deportiva y una histórica faena de muchos años con laureles y momentos sumamente gratos.
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