En el fútbol no hay jugadores jóvenes y viejos sino buenos y malos. Si no lo creen, pregúntenle a Máyer Andrés Candelo, el volante caleño que a sus 39 años de edad sigue vigente. Es el 10 de Cortuluá, que este miércoles, 8:00 p.m. por Win Sports, recibe a Independiente Santa Fe en el partido de ida de una de las llaves de cuartos de final de la Liga Águila.
Hace apenas seis meses, el talentoso mediocampista zurdo estudiaba la posibilidad de retirarse del fútbol, pero el técnico Jaime de la Pava lo convenció de jugar al menos un año más. Y en la cancha, Máyer le ha respondido. “Su experiencia y liderazgo han sido claves en el plantel, que es muy joven pero tiene grandes sueños y ambiciones. En la parte futbolística es un jugador con una riqueza técnica envidiable y una inteligencia de juego poco común. Le hemos dado continuidad y él ha rendido”, asegura el entrenador del equipo vallecaucano.
Días antes de cumplir 19 años de edad, Máyer Andrés debutó en el fútbol profesional. Lo hizo con la camiseta del club del que es hincha, el Deportivo Cali, en un juego contra el Quindío. Desde entonces ha disputado 718 partidos oficiales, en 20 temporadas y media.
Pasó por Alianza Llanos, Vélez Sarsfield de Argentina, América de Cali, Cortuluá, Millonarios, Tolima, Universidad de Chile y Universitario, Juan Aurich y César Vallejo de Perú. Jugó además 12 encuentros con la selección de mayores de Colombia y 25 con la juvenil y la sub-23.
Aunque en las divisiones menores jugaba como lateral izquierdo o carrilero por ese costado, al llegar al profesionalismo el técnico Fernando Pecoso Castro lo puso como volante de creación en el equipo campeón de la temporada 1996. Alternaba con Arley Betancur para reemplazar eventualmente al titular en esa posición, Édison Guigo Mafla.
Fue a préstamo a Alianza Llanos, en donde anotó el primero de sus 116 goles oficiales. El más reciente se lo hizo el fin de semana antepasado al Júnior, en la derrota 2-1 en Barranquilla, un tremendo zurdazo desde 30 metros al ángulo del arco defendido por Sebastián Viera.
Máyer volvió al Deportivo Cali y conquistó una nueva estrella, la de 1998, antes de irse al exterior, a jugar con Vélez Sarsfield. También fue campeón con América en 2001, Universitario en 2008 y Millonarios, su otro gran amor.
Con el club embajador estuvo primero entre los años 2002 y 2003, pero no triunfó. De hecho, ese período se recuerda más por la camiseta que tiró al piso tras ser relevado en el juego Millonarios 1-Centauros 1, que por sus goles y jugadas brillantes. Pero regresó en 2011 y levantó la Copa Colombia de ese año y la Liga 2012-II. Sanó las heridas y se convirtió en el máximo ídolo de la afición albiazul.
DIRIGIRÁ A "MILLOS"
Uno de los grandes amigos que tiene Máyer Candelo en el fútbol es Darío Chusco Sierra, hasta hace poco técnico de Chicó, quien lo define como “un jugador de una calidad excelsa y una técnica intacta, que se entrena muy bien y se cuida mucho”, por lo que sigue desplegando su clase en todos los estadios del país, en los que “afortunadamente no piden la cédula para entrar a la cancha”.
Darío compartió con él varios años en Millonarios y asegura que “es el mejor líder, el mejor capitán. Piensa siempre en el grupo, en los compañeros; esa es su principal virtud”. De hecho, le explica a El Espectador que “en Cortuluá el fútbol gira en torno a él, por su claridad con la pelota, pero también porque es el que da indicaciones, el que ordena dentro de la cancha”.
Candelo, que es un tipo tranquilo y familiar que dedica buena parte de su tiempo a sus dos hijas, Valentina e Isabella, es más bien callado y poco amigo de las cámaras y los micrófonos.
Miguel Borja, actual goleador de la Liga Águila, cuenta que “dice siempre las palabras justas en el momento indicado, sin sobreactuarse. A veces no necesita abrir la boca para decir las cosas”.
Máyer Andrés sabe que para Cortuluá será muy complicado pelear el título de esta Liga, cuya etapa definitiva comienza este miércoles, y prefiere que el favoritismo recaiga en los demás equipos: “Nosotros vamos a tratar de divertirnos, de jugar bien al fútbol y dar espectáculo. Tenemos un grupo de buenos jugadores que salen a proponer en todo lado, así que no vamos a cambiar ahora”.
Precisamente, su buena campaña y la de su equipo en este semestre lo han puesto a pensar en seguir jugando, aunque tiene claro que su próximo reto será dirigir. Ya hizo el curso de entrenador y le falta hacer el módulo presencial en la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA).
“Se está preparando para dirigir algún día a Millonarios. Ama esa camiseta. Es hincha del Cali, pero vivió muchas cosas en Bogotá y se enamoró de la Marea Azul, como él la llama”, explica el Chusco Sierra, con quien tiene una cita para trabajar juntos en el banquillo albiazul.
Pero antes de colgar los guayos, Máyer tendrá tiempo para seguir desplegando la magia de su zurda en todas las canchas. Lo hará este miércoles en el 12 de Octubre y el sábado en El Campín, en un duelo de 180 minutos con otro genio de la pelota, el argentino Ómar Pérez, el cerebro santafereño.
Uno de los dos saldrá triunfador y seguirá soñando con el título. Al talento del otro se le extrañará en la siguiente fase. Ojalá ambos sigan jugando por muchos años más, porque en el fútbol no hay jóvenes y viejos, sino buenos y malos.
elespectador.com (Colombia)
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