Hora de un nuevo Ciclón

 

No hay palabras para expresar tanta frustración. Los muchachos dejaron el alma en la cancha, pero no alcanzó. La soberbia de los dirigentes, que armaron al equipo a última hora, pasó factura y ahora solo queda en pensar en el próximo torneo, arrimados, otro año más, en ese infierno que es la Liga 2.

Queremos otros dirigentes, sangre nueva, aurichistas de verdad, gente que quiera al club, sangre lambayecana cien por ciento, para armar un equipazo. Ya no queremos esa gente que hizo bajar al Aurich, que pintó de negro y luto nuestros colores, que ensuciaron nuestra gloriosa casaquilla, porque con esa infamia demostraron su ignorancia de lo que es Aurich.

A esa gente gracias por el esfuerzo, pero chau. Queremos que Aurich sea un equipo poderoso, capaz de mejores y mayores hazañas y no un objeto comercial como el que lo convirtieron al club, empeñándolo a personajes oscuros, más oscuros que ese negro que ensucia nuestra casaquilla desde hace muchos años.

Y ahora ese negro se convierte otra vez en el luto que arrastra el club desde su descenso.

Porque se cuento del Covid 19 no se la creyó nadie. Han querido convertir al Aurich en un producto comercial donde prevalezca el negro, varias temporadas atrás y estas son las consecuencias: un año más en Segunda División.

La culpa no es de los jugadores. Escribieron, en esta Liga 2, hermosas páginas de coraje y entrega, ante Alianza Atlético, luego con Huaral y esta dramática definición, pero eso no alcanza cuando la cabeza directriz no es la correcta, no actúa bien y se equivoca de cabo a rabo, como sucedió con los actuales timoneles, improvisados y sin visión alguna.

Y esa es la verdad de la milanesa

Duele. Duele mucho perder así y quedarnos otra vez en Segunda pero esto iba a ocurrir sí o sí, porque el equipo se armó a la bomba y muchas veces, como ahora, no alcanza el corazón.

Por ello Aurich debe volver a sus raíces, con dirigentes que sean aurichistas auténticos, con una poderosa inversión económica, con otras metas más ambiciosas, no jugar por jugar. Y que el esfuerzo de estos chicos sirva de ejemplo para que sepan que Juan Aurich tiene una historia que nadie debe atreverse, otra vez, a manchar de negro.

Kike Ciclón