Juan Aurich está listo para enfrentar a Santa Rosa, en breves minutos, en el estadio de San Marcos, mientras que Autogol Perú, empresa monopólica de nuestro fútbol, brilla por su ausencia, perjudicando a todos los hinchas del Ciclón, anhelantes de ver al equipo de sus amores.
Autogol Perú es simplemente el perro del hortelano: no come ni deja comer. Prefieren un espacio con cero puntos de rating, que no ven ni los familiares de los dizque comentaristas, en vez de transmitir un partido que concita interés y que aseguraría un mejor nivel de audiencia.
Lamentablemente Autogol Perú confunde las cosas. Y es que esta televisora de cable se alucina dueña del fútbol que sin embargo pertenece a todos los peruanos.
Es cierto que los clubes se ven beneficiados con un ingreso económico pero ¿y los hinchas que son suscriptores de ese cable? todo lo contrario pues deben pagar por este maltrato y perjuicio. Ellos, los hinchas, son increíblemente el soporte del monopolio tiránico y abusivo pero que nos priva de seguir a nuestro equipo favorito, como si fuera la cosa más natural del mundo maltratar y todavía sacarle su dinero a los aficionados por nada, porque no les dan lo que piden. Se paga por gusto.
A esto se suma que ninguna emisora transmite el duelo debido a la emergencia sanitaria.
Así está nuestro país, señores, hasta las patas, viviendo épocas monárquicas.
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