El volante brasileño Chiquinho, en su excelente etapa en Juan Aurich, en 1998. Dúctil, con buen remate, muy ofensivo, Chiquinho, por su temperamento, se ganó el corazón de los hinchas, rindiendo muy buenas actuaciones y golazos como el que nos regaló en el Elías Aguirre, en los descuentos, ante Lawn Tennis y que significó un triunfo agónico. Tan bien jugó en Aurich, que Chiquinho fue de inmediato contratado por Alianza Lima.
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