Ha sido solo un tropezón en el camino. La derrota en Cusco dolió mucho, sin embargo es apenas una batalla perdida en la guerra por el campeonato. Juan Aurich tiene la ocasión de rehabilitarse mañana batiendo a Inti Gas en Chiclayo.
Todos los aurichistas sabíamos lo difícil que era ganar en Cusco. Es más, ni en el cálculo del más acérrimo fanático del Ciclón estaba una victoria en casa de Cienciano. Y aunque se pudo al menos empatar, perder no es un cataclismo ni el fin del mundo.
El Ciclón debe volver a demostrar que es candidato goleando a los ayacuchanos. Pero tampoco debe dejarse aplastar por la presión y la responsabilidad. El equipo de Diego Umaña debe hacer el fútbol que sabe y que lo catapultó, con todo mérito, a la punta del torneo.
El equipo ya está armado. Guadalupe, Alvarez y Balbuena le han dado consistencia en la defensa y la labor de Cruzado es encomiable, todo pulmón, subiendo y bajando, ayudando en la marca y costruyendo ataques en la avanzada. Igual Uribe y Quina que son carrileros que siempre llevan peligro cuando están en su tarde. Ni qué decir de Molina, la revelación del Ciclón.
Lo que sí Umaña debe darle descanso es a Ascoy que hace muchos partidos no es gravitante. La hinchada pide a Julio Talaviña, de similares características al "Burrito" para más bullidor y goleador.
No sería mala idea, tampoco, ubicar a Renzo Sheput para darle más fútbol y toque al equipo.
Veremos qué pasa mañana ante Inti Gas. Esperamos celebrar una nueva victoria roja y para ello el clamor de todos los aurichistas a los jugadores ¡no bajen los brazos, muchachos!
Pepepe
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