La emoción de haber logrado el título del campeonato embarga al presidente de Juan Aurich, Edwin Oviedo, quien a pesar de haber nacido en el Cusco se siente un chiclayano más por la manera como la ciudad lo ha recibido. En diálogo con LÍBERO, reconoció que entró al fútbol sin saber nada del manejo, solo con la intención de hacer bien las cosas, pero eso sí con un trabajo perseverante que le ha funcionado.
¿Cómo han sido estos tres años al frente del club?
Bastante difícil, entramos al Aurich sin saber nada de fútbol. Estábamos metidos en temas empresariales privados y llegamos por una coyuntura específica, por una situación difícil que estaba pasando el club y se jugaba su permanencia en la categoría.
¿Revivió un muerto?
Recuerdo que me dijeron que Aurich estaba desahuciado, pero yo, siempre pensé que estaba en cuidados intensivos y que seguir viviendo era posible. Por eso, salvamos el descenso gracias al trabajo de un nuevo comando técnico y comenzamos a tener bien a nuestros jugadores.
Y lo volvió protagonista...
Nos comprometimos en retribuirle a Chiclayo todo el cariño con que nos acogió como grupo empresarial y se apostó por logros deportivos. Nos hemos equivocado, pero a la vez aprendimos mucho y hoy por nuestra perseverancia se logró el título. Hay un orden administrativo y una visión empresarial, por eso conformamos como sociedad anónima.
¿El título es un sueño cumplido?
Exactamente, mi sueño era sacar campeón al equipo y Dios ha sido tan generoso conmigo que me permitió cumplir este sueño casi imposible de conseguirlo. Hoy quiero agradecer a toda la gente de Chiclayo que siempre estuvo con nosotros y esto es una muestra que no nos equivocamos en apostar por este club, por esta ciudad.
¿Aurich ya es un grande del fútbol peruano?
Aurich es un equipo con un manejo empresarial que representa a las provincias. Acá se han hecho bien las cosas y se ha reivindicado con este logro.
Ahora a los clubes de provincia se les mira con respeto...
Durante todo este tiempo hemos pasado muchas cosas, momentos muy difíciles en los que se nos debía respetar y lo hemos conseguido. El respeto uno se lo gana, siendo correcto, yendo por buen camino, este logro es por hacer un manejo serio y nunca caímos en plantear reclamos innecesarios pidiendo puntos en mesa.
¿Qué viene, el título de la Libertadores o el bicampeonato?
Lo que se viene más adelante lo conversaremos y siempre será pensando en lo mejor para Lambayeque. Todo a su debido tiempo, hay que ir paso a paso. Lo que puedo decir es que hay grupo Oviedo para rato en Aurich, de eso no tengan ninguna duda. ¿Ganar la Libertadores? Sí, eso me fascina. Sería un sueño.
¿A Ciciliano y a Balbuena se les va a renovar?
Mi intención era tener a todos los jugadores, porque ellos consiguieron este título y desde el primer día de trabajo asumieron el compromiso de campeonar. Pero las circunstancias son otras. Ellos ya no estarán en el equipo.
Creyeron en alguien serio...
Los jugadores fueron nuestros guerreros, nuestros gladiadores, pero su permanencia no depende de mí, le corresponde al comando técnico que dirige el profesor Diego Umaña definir su situación. Esperemos que se llegue a un buen acuerdo, por mi parte esperamos contar con todos.
¿Alguna promesa para la hinchada?
Más trabajo. Aurich siempre estará bien representado. Y lo único que tengo que agregar es mis infinitas gracias, porque toda la gente de Chiclayo nos ha apoyado siempre.
¿Se sorprendió por la cantidad de gente que celebró con ustedes el título?
Ese recibimiento en esta ciudad de Chiclayo, luego de lograr el título, fue inolvidable. Nunca lo voy a olvidar, lo guardaremos siempre en nuestros corazones. Hemos conseguido algo grande.
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