Dio cólera Juan Aurich. Porque jugó muy mal y no fue el equipo aguerrido de otras veces. El Ciclón estuvo a años luz de lo que venía siendo en el campeonato. Y preocupa porque estamos ya en la recta final del torneo y se supone que no debemos seguir perdiendo puntos.
Del impresionante rush de las últimas cinco fechas no quedó nada. El equipo fue una sombra que jugó a nada, igualito al rendimiento que mostró en las primeras fechas del campeonato y en gran parte de la Copa Libertadores.
Diego Penny es el único que se salvó. Tapó un penal y aunque en varias jugadas quedó sobrando, por lo menos le puso algo de entereza a un cuadro que se dejó avasallar por los únicamente voluntariosos rivales.
Trujillo y Quina estuvieron mal en todo sentido, sobre todo este último que cometiuó penal. Fleitas hizo el gol rojo y nada más mientras Diego Minaya hizo lo que pudo ante una mediacancha que fue endeble.
Rojas se contagió de la apatía ni qué decir del colombiano John Valencia que jugó el peor partido con la casaquilla roja. Cueta estuvo intrascendente y la voluntad de Guevara no fue en absoluto suficiente.
Kahn estuvo animoso pero impreciso y Zúñiga no aportó nada.
Ortiz no aportó mucho y Montes demostró, otra vez, que sobra en el Ciclón.
En suma, el equipo defraudó, jugó mal y la derrota ante los galvistas no deja lugar a reclamos.
Pepepe
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