La derrota sufrida ante José Gálvez ha dejado una herida grande en el sentimiento de los aurichistas. Nadie esperaba una caída tan abrupta y en condiciones de ser inmensamente favoritos ante un rival que únicamente llegó a defenderse y se encontró la victoria aprovechando de la displicencia y desánimo que ofreció el Ciclón.
Aurich fue un equipo sin coraje, sin fibra, sin alma. Y así, jugando de esa manera, no se conseguirá el gran objetivo de salir bicampeones.
La excusa que la tregua de las eliminatorias "enfrió" al equipo, no vale. Porque el plantel de Aurich es profesional, se dedica exclusivamente a jugar y poner ese tipo de pretextos es inútil.
Aurich jugó tan mal desde el comienzo que era obvio que iba a perder. Ni el penal atajado por Diego Penny entusiasmó o alentó a un equipo entregado desde el comienzo y que jamás hilvanó jugadas de riesgo al arco de Daniel Reyes.
¿Qué pasó con el equipo? ¿les asusta el hecho que se reforzará al plantel para la segunda parte del campeonato? ¿no les interesa el bicampeonato? ¿les basta con estar al día?
La hinchada roja alienta al equipo sin cesar, concurre al estadio Elías Aguirre con entusiasmo, pero ese sentimiento, al parecer, no lo comparten los aurichistas.
Aurich ya no pueden perder más puntos. Es momento que el equipo despierte.La racha de cinco triunfos al hilo, ahora, es pura anécdota porque todo el buen trabajo que se hizo al final de la primera rueda, se fue al tacho con la pésima actuación del equipo ante los galvistas.
Se vienen dos partidos complicados con Unión Comercio y Cobresol y esos partidos se deben ganr. Aurich se aleja mucho, demasiado de la punta y luego vendrán los lamentos.
Ojalá que la falsa actuación ante Gálvez haya sido eso: una falsa actuación, porque de lo contrario, de seguir con ese desánimo y falta de coraje, se impone una purga total para fin de año.
Despierten, muchachos.
Kike Ciclón
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