Aurich decepcionó. No fue ni la sombra de otros partidos. Apático y exánime. Y eso que dominó el cotejo, pero es evidente que algo pasa dentro del equipo. Luis Tejada las tiraba todas a las tribunas, Chiroque jugaba para "Periquito FBC" y Michael Guevara estaba obsecado en hacer taquitos inútiles. Con esos argumentos, la derrota no se hizo esperar y la verdad que el 3-1 es una bendición porque el Ciclón mereció hasta irse goleado a Chiclayo.
Diego Penny tapó muy mal. Se quedó en los tres goles. En el primero, una pelota al área chica que se supone es suya, la dejó servidita a Ximénez. En el segundo tardó media hora en salir al achique del "Chino" y en el tercero sólo hizo vista, un centro fácil a sus manos.
Luis Trujillo estuvo tan impreciso, tan errático y tan intrascendente que cabría preguntarse: ¿jugó? mientras Leandro Felitas hizo el gol y se apagó. Fue culpable directo en el segundo y tercer gol crema.
Orlando Contreras estuvo sencillamente horroroso y fue responsable directo de la derrota. Diego Minaya solo aportó entusiasmo y nada más.
John Valencia hizo poquísimo al igual que Ortiz, incapaz de frenar los ataques merengues, y Guevara, como hemos dicho, trató hacerlas todas de lujo y no aportó absolutamente nada.
Chiroque estuvo demasiado individualista y no generó peligro alguno mientras Cueto fue lo mejor de Aurich hasta que se cansó. Tejada fue una nulidad.
Zúñiga entró cuando la suerte estaba echada al igual que Rojas y Kahn pasó desapercibido.
En resumen, una actuación incolora, mala y que deja mucho qué desear para los hinchas aurichistas.
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