El recuerdo de la semana incluye un clamor de la hinchada lambayecana: remodelen y amplíen el estadio Elías Aguirre. En la escena de 1981, el volante aurichista César Echeandía y el volante argentino Miguel Angel Brindisi se dirigen a dar el play de honor, antes de comenzar un célebre amistoso en el coloso aguirreño que quedó 1-1. El fortín chiclayano está quedando obsoleto al paso del tiempo y ahora que Lambayeque podría tener hasta tres equipos en Primera División es urgente contar con un escenario con capacidad mínima de 42 mil hinchas, totalmente techado y con grass natural. Las dirigencias de Aurich, Los Caimanes y Serrato, si asciende, junto al IPD y el Goboerno Regional deben aunar esfuerzos y consumar el caro anhelo de la afición de contar con un escenario grande y capaz de albergar partidos internacionales y finales de copa. Los trabajos demandarán, por lo menos medio año, por lo que Olmos y Chongoyape están a la orden para que nuestros equipos jueguen de locales. La pelota está en cancha de los dirigentes.
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