No se podía siquiera empatar y Aurich lo sabía. Pese a las bajas, el Ciclón sopló fuerte y ganó en Moquegua con todas las de la ley. Un 2-1 angustioso, con susto, es verdad, pero vale ganar.
El Clausura es un torneo corto, de 15 fechas y sumar de visita vale oro. Y eso hizo Aurich. Ahora nos quedan 14 escalones para conquistar el título nacional.
Aurich, además, tuvo un excelente primer tiempo. Sólido, mostrando oficio, bien parado, sereno y jugando con mucha vocación ofensiva. Por eso llegaron los goles de Rengifo y Noronha porque el elenco aurichista siempre fue adelante.
El equipo, sin embargo, bajó las revoluciones en el complemento, lo que permitió la remontada local, afortunadamente la defensa logró resistir los embates con acierto.
Goyeneche estuvo muy bien en el arco del Ciclón. Sobrio y seguro, tuvo hasta tres tapadas meritorias. Ojalá siga así.
Estrada y Reyes cumplieron con el libreto. Mejor actuación tuvo el chiquillo Josué que se proyectó mucho y hasta dio un magnífico centro para el gol de Rengifo, mientras que Deyair taponeó bien los ataques contrarios.
Ramos y Balbuena se comportaron bien, sobre todo en los momentos más álgidos del complemento y Rojitas con Carranza descollaron en la contención en la mediacancha.
Manzaneda cumplió bien, sin reproches, esforzándose mucho en la labor que suele cumplir Oscar Vílchez.
Pacheco la intentó bastante pero esta vez estuvo con la suerte de espaldas mientras que Noronha y Rengifo se repartieron los goles aurichistas.
Acevecdo y el argentino Unrein que ingresaron en el segundo tiempo aportaron poco, pero suficiente para consolidar el triunfo aurichista.
Vale ganar. Más si es de visita y en un torneo de una sola rueda. Eso lo resume todo.
Pepepe
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