Fue emocionante ver a Pacheco, Tejada, Oscar Vílchez, el mismo Rojitas, rompiéndose en la cancha, jugando con un coraje único en pos de la victoria y la clasificación, sin embargo, en el fútbol actual no alcanza con las ganas, se necesita un plantel competitivo, banca y sobre todo jugadores que marquen la diferencia.
Roberto Mosquera se lamenta que le faltaron Ramos y Céspedes pero la hinchada ya había advertido desde diciembre que Aurich se estaba armando mal, que hacían falta refuerzos de calidad y que a la Copa no se va a cumplir sino a ganar, pero la dirigencia no hizo nada de nada para mejorar al equipo. Y el propio técnico tiene culpa por no presionar.
Aurich deja de percibir 5 millones de dólares por no pasar a la siguiente ronda. Nos pudo tocar Emelec y, por ende, llegar a otra instancia y sumar otros 8 millones. Todo eso pierde Aurich por no saber planificar, por actuar como un club chico.
En el terreno deportivo, Aurich no supo liquidar a San José en Oruro. Un partido ganable, pero el Ciclón y Mosquera se conformaron con el empate. Y en Copa Libertadores jamás se perdona. River Plate, por ejemplo, presionó por empatar a Tigres en Monterrey y al final ese puntito en México lo clasificó. De lo contrario, otra sería la historia. Los millonarios tuvieron el temple de final que Aurich no tiene.
Yordy Vílchez hizo lo que pudo ante Tigres, igual Marcos Delgado o Ubierna, pero no dan la talla internacional. Aurich hubiera contratado a jugadores libres como "Cachito" Ramírez, el mismo "Mudo" Rodríguez, por lanzar dos nombres, y se pagaban solitos con los 5 millones de la segunda ronda. Un dirigente capaz planea, no improvisa. En Aurich hay demasiada improvisación.
No se trata, tampoco, de echarle la culpa a Mosquera, al plantel. Aquí hay una cadena de errores que comenzaron con la salida de Edwin Oviedo de la presidencia. El extitular aurichista ni siquiera dejó un orden establecido, un cronograma, un plan como corresponde a un dirigente capaz y por el
contrario se perdió un tiempo valioso, acusación que hizo el mismo Mosquera que, según sus propias palabras, no pudo cumplir con su pretemporada en forma adecuada.
¿Así se maneja un club en estos tiempos de globalización? ¿Ahora así se maneja la Federación Peruana de Fútbol, a la buena de Dios? Este Aurich 2015 es reflejo de cómo está el fútbol peruano.
La reserva de Tigres fue ampliamente superior a Aurich. Si venía el primer equipo no eran cinco goles sino diez. El Ciclón tomó a la ligera el torneo y pierde millones por no saber planificar, contratar y pensar.
Ahora se viene el Apertura. Aurich solo ha contratado al costarricense Guzmán. Quizás para nuestro medio esté sobrado y el Ciclón salga campeón pero habrá otra Libertadores y nuevamente el ridículo está cantado, a menos que se piense como Tigres o River Plate, que a la Copa no se va a cumplir, sino a ganar y que las inversiones se recuperan avanzando y clasificando.
El fútbol es negocio pero solo los dirigentes capaces lo hacen rentable y efectivo. Los improvisados fracasan.
Kike Ciclón
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