¡Basta de humillaciones!

Que Aurich está haciendo el ridículo, no es de ahora. Esta pesadilla empezó cuando César Alva asumió la presidencia del club. Entonces, semana a semana los malos partidos, los pésimos jales, la falta de tino en armar los planteles, la poca visión para manejar un equipo de fútbol, se han ido sumando y este 7-2 en Matute es el techo de esta ola de desaciertos que empiezan en la dirigencia y han condenado al equipo a candidato de fuerza para la baja y la desaparición.

Hoy somos el hazmerreír de todos.
Pero no es solo culpa de Alva quien no tiene visión dirigencial, no sabe manejar al Ciclón y no es la persona indicada para estar al mando del equipo o de los directivos que lo acompañan. También es responsabilidad absoluta de Wilmar Valencia que aceptó dirigir a éste equipo mal armado, dio visto bueno a las pésimas contrataciones impuestas por la dirigencia y asumió la conducción de un plantel mediocre, sin aspiraciones y frágil en todas sus líneas.
Aurich tiene el peor plantel de los últimos 20 años. Cisneros, una auténtica coladera en el arco, Mazzetti malo a más no poder, Gambetta, Archimbaud, Pappano, Borges, no son para nuestro equipo. Todos juntos conforman un plantel idóneo para Copa Perú pero no para afrontar un certamen de Primera División.

El nivel visto en Matute realmente deja mucho qué desear.
El 7-2 además de ser una paliza histórica demuestra lo que se venía advirtiendo desde inicios de temporada: el plantel es limitado y sin recursos. Ahora el Ciclón es colero y va camino a la baja.
Valencia por quién sabe qué razones, aceptó dirigir al Aurich a sabiendas que le imponían un plantel mediocre y está tirando a la borda su prestigio. Ahora de "Bam Bam" solo dirán "al que le metieron siete goles en Matute".
Y él sabía en lo que se estaba metiendo.
La culpa no es de los Juárez, Campodónico, Rengifo, Sheput o Quinteros. Ellos hacen lo que pueden. La responsabilidad es de los dirigentes por no contratar mejores jugadores, en no invertir como se debe hacer, en no  reforzar el equipo con elementos más capaces y en no contar una banca adecuada.

Aurich tiene el peor equipo de los que juegan la actual temporada y las alarmas están encendidas.
Se pidió un mejor arquero, se reclamó por mejores defensas, se exigió una línea de contención fuerte, se solicitó un "10" polifuncional, rápido y con mejores ideas y todos queríamos un par de delanteros con gol, que sean contundentes en el área. Nada de eso se consiguió y por eso Alianza Lima nos hizo siete en Matute.
Desde que César Alva asumió el mando del club los desaciertos son innumerables y los fracasos mayores. Aurich entró, simplemente, en decadencia en su mando y las consecuencias la están padeciendo los hinchas del Ciclón.
Aurich va camino al descenso y la desaparición. Este 7-2 es una cachetada que duele mucho pero que estaba advertido desde hace tres años que el equipo entró en franco deterioro. Imagínense cuántos goles nos meterán en Argentina, cuando le devolvamos la  visita a Arsenal.

Y lo que es peor es que este certamen es acumulable para la baja y el Ciclón a duras penas tiene cinco puntos que es casi lo mismo que nada.
Aurich debe cambiar las cosas ya, ya, ya. Este plantel 2017 nos llevará al descenso a menos que se hagan los correctivos necesarios y contratar un buen arquero, mejores defensas, excelentes volantes de contención, un diez de calidad y delanteros puro gol. De lo contrario las goleadas en contra se seguirán sumando semana a semana y los padecimientos de los aficionados, aquellos que queremos tanto a nuestro equipo, se seguirán multiplicando.

Ferreñafe