Año 1974: Juan Aurich pelea por ser protagonista, sin muchos recursos, con líos dirigenciales y sin jugadores de cartel, pero el Ciclón no deja de soplar. Las tribunas del viejo Elías Aguirre revientan y rugen. Próspero Merino, el hijo pródigo, vuelve al equipo de sus amores y la rompe. Lo vemos encabezando la fila, seguido por Benjamín Canpos, Alejandro Campos y Gonzales Pajuelo. Qué tiempos de coraje y amor a la chompa.
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