Luis Trujillo recuperó la sonrisa. Acogido en el calor de su hogar junto a su esposa Pamela y sus padres Haydée y Esteban, el volante del Juan Aurich, vivió una pesadilla tras el duro golpe a la cabeza que recibió ante Unión Comercio. Pero eso ya es pasado. Nuevamente Trujillo ríe y se siente feliz con la cercana llegada de su hija Canela.
"Es una bendición de Dios estar con mi familia. Ya pasó lo peor. Agradezco las muestras de cariño de mis amigos y compañeros del Juan Aurich, el comando técnico, el presidente Edwin Oviedo y toda la hinchada que fue hasta el hospital para preocuparse por mi", señaló emocionado.
"Solo me acuerdo que salté y nada mas. Después tengo vagos recuerdos que estaba en la camilla rumbo al hospital y habían muchos baches al hpsital", sonríe.
"Ya recuperado, pregunté cómo íbamos, pues quería regresar a jugar y ayudar a mis compañeros a ganar, pero bueno, así es el fútbol", contó.
"Volveré a entrenar con normalidad y buscar mi revancha con la camiseta roja", enfatizó.
Mientras tanto su esposa Pamela señaló: que "en un momento me asusté, pero luego me tranquilicé cuando me dijeron que Lucho estaba tranquilo y consciente. Nuestra Canelita se movió bastante emocionada de estar con su papá".
Foto prensa Aurich
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