Un triunfo tranquilizador

Luego de la tormenta viene la calma dice un viejo refrán y eso se aplica en Aurich. Tras tantas decepciones, se logró recuperar la sonrisa ganándole al Boys, aunque fue un partido por cumplir y sin presión.

La victoria tranquiliza y aquieta la tormenta que se vive dentro del club donde los dirigentes alistan el machete para volar cabezas por doquier.
Lo bueno es que hubo ganas, entrega y el equipo logró imponerse con merecimiento. El segundo tiempo, incluso el Ciclón fue ampliamente superior.
Ignacio Drago, luego del empranero gol de Boys, se recuperó y estuvo acertado aunque con poco trabajo debido a la infectividad de los rosados.
Roberto Guizasola provocó siempre peligro en el área rosado y estuvo animoso al igual que Luis Trujillo que volvió por sus fueros. Leandro Fleitas y Max Barrios igualmente cumplieron con lo suyo e incluso se sumaron constantemente al área contraria.

Rojas controló con acierto los intentos locales en tanto que Valencia lució opaco aunque ganoso. Tampoco tuvo fortuna en sus remates de lejos.
Cueto fue el mejor de la cancha, llevando peligro y porfiando todas las pelotas mientras Kahn hizo bien lo suyo.
Chiroque no fue gravitante mientras que Noronha porfió muchas veces pero ésta vez la diosa fortuna no estuvo de su lado.
César Ortiz cumplió con su cometido y Mauricio Montes reapareció con creces marcando el gol triunfal aurichista.
Un triunfo tranquilizador, que alegra y sobre todo, permite llegar a la última fecha del Descentralizado con mejor ánimo.