Vale ganar

Lo importante es que se ganó. Aurich no ofreció una actuación para el recuerdo ni mucho menos, pero se consiguieron los tres puntos, se hizo respetar la casa y continúa subiendo en la tabla. El duelo con Cienciano fue muy malo, sin embargo se consiguió el objetivo de ganar.
Otra vez Aurich ratificó que no tiene un "diez", un jugador cerebral, un alimentador para los contraataques. Juan Carlos Mariño volvió a mostrarse apático y lo único que aportó fue su gol. Después fue silencio.

Las ganas que muestra en la cancha Germán Pacheco no fueron suficientes y se evidenció que Aurich es un equipo que no tiene ideas, que requiere de un buen talento en el medio sector que meta los pelotazos a Hernán Rengifo, extraviado en el área enemiga, sin nadie que le alimente de pelotas.
Además, Aurich estuvo apagado. Se contagió del poco ruido que hizo Cienciano y por ello el partido se hizo soso, aburrido, con mucho letargo.
Pero como se dice, en el fútbol lo que vale es ganar.
Delgado estuvo bien en el arco aurichista aunque fuera de distancia, algo nervioso en varias jugadas e impreciso en otras. Pagó su largo periodo fuera de las canchas.
Estrada estuvo empeñoso pero no llevó mucho peligro al arco rival mientras que Balbuena estuvo bien en el bloque defensivo, conteniendo a los hábiles contrarios.

Céspedes le puso muchas ganas pero no centró con precisión mientras Rojas cumplió muy bien con su libreto en la contención. Mariño hizo el gol y nada más.
Vílchez lució ganoso  pero no se proyectó mientras que Bazán desbordó bastante, insistió mucho pero no fue desequilibrante.
Pacheco le puso muchas ganas, como señalamos líneas arriba, pero no fue suficiente mientras que Acevedo estuvo bajetón. Rengifo hizo lo de siempre, buscando el frentazo o el remate en el área contraria.
Carranza reemplazó con acierto a Rojas mientras que Perleche y Noronha ayudaron a mantener el resultado.
Se ganó y es lo que vale aunque el equipo no haya jugado de lo mejor.

Ferreñafe