Uno de los grandes ídolos de Juan Aurich: el formidable Próspero Merino, habilidoso y guerrero puntero derecho que hizo diabluras con la casaquilla del Ciclón, héroe en el subtítulo nacional de 1968. Famoso y legendario por ponerse de espaldas antes de ejecutar un penal. La hinchada lo recuerda siempre por sus formidables corridas y el gran cariño que le mostró al Aurich hasta el trágico fin de sus días.
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