Lo que padece el fútbol lambayecano en las Liga 1 y 2 es lamentable. No solo por las pésimas campañas de Pirata Fc y Los Caimanes, sino también por la incertidumbre que sigue persiguiendo al Juan Aurich. Ante este panorama lo que se impone es crear clubes verdaderos, instituciones sólidas y fuertes y olvidarse de los equipitos de barrio que vivían a costillas de un mecenas.
Lo de Pirata Fc es alarmante. Un cuadrito de barrio, sin sede, cancha, socios ni nada que de la noche a la mañana saltó a Primera División y ahora está pasando las de Caín, adeudando a los jugadores, inmerso en el escándalo de dobles contratos, propio de dirigentes sin experiencia.
La culpa, obvio, no es de Pirata Fc, sino de los dirigentes de la Federación Peruana de Fútbol que tienen a la Copa Perú como catapulta a la Liga 1, sin siquiera tener una sede o una canchita para entrenar.
La FPF debe entender que en el siglo XXI ya no se puede premiar a equipos como Los Amigos de Chumbivilcas o Sport Huayucachi, que forman su elenco con la gallada del barrio y que, por esos azares del destino, llegan a Primera División sin saber leer ni escribir. Para equipos así, que juegan por unas chelitas o propinas, están los interbarrios.
La FPF debe usar la Copa Perú de filtro hacia la Segunda División: solo los equipos formalizados, con sede, planilla de socios, cancha de entrenamiento deben jugar la Liga 2. Los cuadros que no cumplan esas exigencias, que pasen a jugar los interbarrios por un cajón de chelas en vez de dar pena y malograr, aún más, la imagen de nuestro fútbol.
Los Caimanes, ya condenado al descenso en la Liga 2, es otro ejemplo palpable. Tuvo su media hora con Teddy Cardama de entrenador pero jamás se consolidó y hoy hace sufrir a los hinchas lambayecanos con su pobrísima campaña que lo tiene condenado a volver a la Copa Perú.
En Argentina, Brasil, incluso Colombia donde Deportivo Cali tiene su propio estadio, solo juegan en sus ligas equipos sólidos, con respaldo, con canchas, sedes, planillones de socios, sacudidos de mecenas para siempre. Aquí sin embargo continúa la informalidad simple y llanamente porque esos equipito de barrio son votos seguros para elegir, reelegir, reelegir, reelegir y reelegir un millón de veces a los dirigentes de las departamentales y de la propia FPF.
El caso de Aurich también es preocupante. Peleando por ir directo a las semifinales de los play off de la Liga, sigue en la incertidumbre si será vendido o si continuará dependiendo de dirigentes que en temporadas anteriores hundieron al club. El Ciclón se quedó sin sede tras perder la Videnita y aunque sigue entrenando y usando sus instalaciones, lo cierto es que no tiene cancha propia, carece de sede y convertido en Sociedad Anónima, sus accionistas no se hacen sentir.
El mexicano que quiere comprar al Aurich tendrá muchos sueños y quizás dinero, pero con buenas intenciones no se hace obra.
La anterior administración aurichista pudo y debió tener hasta estadio propio porque contaba con los recursos necesarios pero no lo hizo y ahora es difícil pensar en grandes obras.
Revise usted los equipos que han avanzado en la Copa Perú y es cantado que el 99 por ciento son equipitos sin apoyo, sin sede, sin cancha, sin nada. Y así, en una de esas. jugarán ante la "U", Alianza o Cristal.
El fútbol lambayecano (y el peruano en general) necesita clubes sólidos. Lo de Pirada Fc y Los Caimanes, incluso el mismo Aurich, es alarmante. Estamos en el siglo XXI pero nuestro fútbol sigue en la época de la carreta.
Kike Ciclón
CARLOS STEINS CAMPEON COPA PERU 2019
ResponderEliminarAurich siempre se ha manejado asi, mas de treinta añis en el futbol profesional, si no preguntenle a carlitos perleche
ResponderEliminarO acaso grau, sullana, manucci tienen estadios propios
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