Sin rumbo

 

La derrota sufrida ante Pirata Fc, más que una advertencia es una cachetada que terminó de desnudar todas las debilidades de Juan Aurich. Un equipo sin ideas, sin orden, con la filosofía del pelotazo como única de arma de ataque y carente de un hombre pensante en la mediacancha.

Ahora los hinchas del Ciclón se dan cuenta por qué de manchar la gloriosa insignia roja de negro: no fue por el Covid sino para demostrar que es un equipo oscuro, apagado, de luto permanente, que si sigue en su apagón no podrá subir a Primera División.

Aurich jamás tuvo argumentos ante Pirata Fc. Fue un juguete de los filibusteros divirtiéndose con lo pelotazos a Carrillo y Caraza, vacilándose con la mala defensa roja y lo que es peor haciendo héroe a Quispe que debió esforzarse el triple para no ver su valla humillada más veces.

Tan mal planificada está la campaña que José Soto tuvo que poner juveniles en el segundo tiempo para completar la bolsa de minutos. Increíble.

Aurich no va a subir si sigue jugando así, sin rumbo ni ideas. El único pensante, Nicolás Tami, fue sentado por Soto y marginado del equipo por su mala actuación ante Santa Rosa, pero no ha sabido suplirlo con otro jugador de sus características y meterle pelotazos a Carrillo y Caraza es tan absurda como la idea  de meterle negro a las camisetas del Ciclón para satisfacer a patrocinadores y un oscuro personaje que sigue manejando los hilos del club, aunque lo nieguen. 

Es verdad que nada está perdido aún y que la suerte tampoco está echada, pero Aurich juega mal, no tiene ideas, orden, patrón de juego y está a la deriva. De lo que fue un equipo sólido en las dos primeras fechas se transformó en un cuadro sin brújula en las siguientes fechas porque uno se cayó en la soberbia que el mismo DT pregonaba como atributo y luego, la desesperación realizó el resto del trabajo.

Aurich debe mejorar un cien por ciento. Debe volver Tami o buscar quizás a Mujica para que cargue al equipo sobre los hombros y no juntar a Carrillo y Caraza como carritos chocones. Caraza debe entrar en los complementos "a matar" y buscar, en la pésima plantilla que armaron Juan Carlos Isla y compañía un jugador desequilibrante en la delantera, quizás mandar a Cañate en la avanzada porque seguir con eso de estrellar a Carrillo y Caraza contra las defensas rivales, la única filosofía de fútbol que sabe Soto, tiene sabor a suicidio.

Aurich necesita inyectarse de ánimo en estas cuatro fechas y eso se consigue con un técnico motivador que cambie el chip al equipo. No con guapeadas, sino ordenando las cosas, dándole sentido a su juego, conformando una oncena más práctica y funcional. Cualquier buen técnico lo hace, pero a José Soto parece ser que se le acabaron las ideas.

Faltan cuatro finales, doce puntos. Nada está dicho, insistimos, Aurich aún puede recuperar el paso porque está en el pelotón de avanzada, pero debe mejorar, cambiar de fisonomía e idea de juego e inyectarse de coraje, garra y mejor espíritu. Eso de que "somos los mejores" que decía José Soto debe ser deleteado cuánto antes y grabar en los chips que sí podemos y que eso se consigue con corazón. Porque eso le falta al club: raza para ganar. La tarea no es fácil. El plantel del Ciclón es limitado y pobre y el técnico tiene un techo hace rato, pero la camiseta, manchada de negro, debe ser limpiada con orgullo, olvidarse de ese luto de dirigentes obstinados en enterrar a nuestro club y hacer realidad el sueño de volver a Primera División.

 

Kike Ciclón