Es verdad que el árbitro perjudicó al Aurich pero echarle toda la culpa al juez tampoco tapará la verdad que el Ciclón tuvo un horrible primer tiempo, estuvo perdido en la cancha, y que solo los golazos de Nicolás Chávez salvaron la cabeza al técnico Teddy Cardama.
El empate 3-3 con Alianza Universidad desnuda la realidad que Aurich es penúltimo en la tabla, solo tiene un triunfo y está a años luz del puntero Comercio. En el año del centenario, cuando se supone que el Ciclón debería ser protagonista, pelea por evitar el descenso junto a Pirata Fc y el vapuleado Chavelines. Y la culpa ya no es solo de los dirigentes sino también del entrenador Cardama.
Aurich estuvo en nada, con un primer tiempo donde naufragó y mereció, incluso, recibir más goles. El providencial ingreso de Nicolás Chávez y sus tres golazos, no deben tapar la realidad que el equipo que tiene Cardama no marca la diferencia y no es el gran plantel que prometieron los directivos y que esperaban los hinchas en los 100 años del club.
Cardama está fracasando con Juan Aurich. Estar entre los coleros en el año del centenario, no solo es una ironía sino una cachetada para las esperanzas de los aurichistas de volver a Primera División.El árbitro perjudicó al Aurich, es cierto, con un penal discutible, y por lo que hizo Nicolás Chávez, el triunfo debió ser rojo. Hubiera sido la recompensa ideal para el volante guaraní, pero esa no es la realidad del Ciclón. La verdad de nuestro equipo es que juega mal, el plantel no marca la diferencia y Cardama no es la solución como entrenador porque su equipo naufraga en errores y no es la escuadra arrolladora que debería ser en el centenario de la institución.
Y cuidado que Alianza Universidad también reclame los puntos como lo ha hecho Huaral y entonces será la noche para la dirigencia roja, culpable directo de ver a nuestro club en el sótano de la tabla.
Ferreñafe
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