domingo, 26 de mayo de 2013

Igualito que Barcelona...

Juan Aurich juega igualito que Barcelona. Bakero lo ha hecho posible. Lo malo es que la cancha está al revés. En vez de atacar, de tocar bien, de jugar a velocidad, en primera y con desmarque, hace todo a lo contrario y por eso estamos como estamos, de mal en peor, abajo en la tabla, perdiendo hasta con los más malos y haciendo rabiar a los hinchas.
"Es el comienzo de un largo proceso", dice Bakero. Qué buena. Los hinchas nos comemos las desilusiones y el entrenador apunta hacia un cambio a futuro que, como está jugando el equipo, será en diez o veinte años, cuando seamos animadores de la Liga Superior del fùtbol lambayecano.
"Estamos consolidando los jóvenes", también dijo. No hay chicos nuevos en el equipo y así lo certifica la bolsa de minutos, donde estamos rezagados a riesgo de perder un cupo de extranjeros.
Melgar ganó bien. No hay duda. Haciendo un fútbol fácil y práctico, logró mantener la ventaja ante un equipo inoperante como el Aurich con su juego revolucionario. El Ciclón jugó tan mal que hasta perdió un penal y más aún, no logró encender mayor entrega en los jugadores.
Delgado fue la figura del equipo. Salvó hasta tres pelotazos venenosos y varios mano a mano en su área chica. De no ser por el "Loco", la derrota hubiera sido mayor.
Guizasola no aportó nada de nada y Céspedes sólo ofreció chispazos Minaya, Fleitas y Ramos no desaprobaron pero eso no bastó para impedir la derrota.
Rojas lució demasiado vehemente y fue cambiado y Junior Viza ratificó su pésimo momento al no aportar absolutamente nada positivo. Peor Mario Velarde.
Ovelar y Pacheco pese a que tuvieron numerosas ocasiones no inquietaron al arco de Leao Butrón.
Carranza aportó muy poco mientras Guevara fue un cero a la izquierda. Kahn mostró voluntad aunque lo único bueno que hizo fue provocar el penal y después fue silencio.
Sí señor, Aurich juega como Barcelona. Lo malo es que el mensaje de Bakero está al revés y en vez de pelear el título, estamos luchando por evitar caer a la cola del torneo. Increíble.

Kike Ciclón

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