Para reflexionar

Así no puede seguir jugando un equipo que cuesta casi 3 millones de dólares. Las últimas actuaciones enlazadas quizás a los recientes acontecimientos sucedidos al interior del club Juan Aurich, ha provocado un desmedro en el rendimiento del popular "Ciclón del Norte" evidenciado el último fin de semana, sobre todo en el primer tiempo de la brega empatada de local ante Sporting Cristal (0-0).No puede ser que este cuadro de experimentadas figuras, se olvide de jugar tan rápido al fútbol. Tampoco con esto pretendo aseverar que a lo largo de la temporada mostró un nivel alto y óptimo, pero por lo menos tenía y hacía gala de una regularidad, la cual lo mantuvo largo rato en el primer lugar de la tabla.Si se quiere poner como pretexto la inesperada renuncia del ex técnico, Franco Navarro asociada a la llegada del colombiano, Luis Fernando Suárez, quien trajo un nuevo sistema de trabajo, y una diferente manera de ver el balompié tiene coherencia, pero no al extremo de caer de picada en su accionar futbolístico.En el fútbol ya no queda mucho por descubrir, la calidad de un jugador no es un chaleco que se pone para un partido y para otro no; o si se quiere, para 45 minutos sí y para los segundos no.El grupo de futbolistas que tiene actualmente el cuadro rojo, sabe jugar perfectamente al futbol, sabe que tiene la obligación moral de sacar al equipo adelante, más aún cuando el cuerpo dirigencial que encabeza el Grupo Oviedo, los tiene bajo todas las comodidades que pocos equipos en nuestro medio pueden brindar. De nada sirve la aceptable primera etapa del campeonato, sino cumplimos el objetivo. Esta en sus manos jugadores. A ocho fechas del final del campeonato vuelvo a reafirmar mis sospecha, los aurichistas estarían pagando caro la soberbia y vanidad producto de la bonanza económica y del caro reto planteado en un equipo chico con jugadores grandes, donde la mayoría vino con el cartelito de "estrella", las cuales ahora parecen estar estrelladas con su realidad, no pudiendo aún retomar el camino propuesto. Quizás, si se acogieran a la herramienta de la humildad, la mejoría llegue. Padre Michael, por favor ayúdelos.

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