En 1952 regresó a su país, en donde recaló en el Sport Boys del Callao, de donde había venido al Bucaramanga, luego pasó al Juan Aurich en donde terminó su carrera profesional.
Pero el amor por esta tierra bumanguesa y el llamado de algunos amigos le hicieron regresar en 1958 para quedarse definitivamente, manteniéndose al lado del fútbol, especialmente el aficionado, en donde ayudó a darle realce al balompié de la ciudad y de la región.
Sus máximos logros los tuvo con el equipo de Telecom, y aunque recibió en más de una oportunidad el llamado de los dirigentes del Atlético Bucaramanga para que asumiera la dirección técnica, él nunca se dejó seducir.
Problemas de salud le apartaron de su familia, dejando grandes recuerdos entre sus amigos y parientes. “Mi papá nos enseño muchas cosas, pero lo principal fue la rectitud y la honestidad”, señaló su hijo Enrique Agurto Jr.
Paz en su tumba.
Diario Vanguardia Liberal de Bucaramanga, Colombia
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