jueves, 11 de noviembre de 2010
Muy difícil
Aurich tenía todo a su favor ayer. El gran empate de Cienciano ante León nos permitía acercarnos mucho a los líderes de ganar en Trujillo. Y el Ciclón pudo hacerlo cuando Vallejo se quedó con nueve hombres. Pero la falta de temple, resolucíón y comando técnico, tiró todo por la borda.
Es verdad. Miguel Santiváñez tenía la misión de echar al primer aurichista por el más mínimo roce que se cruzaba en su camino para compensar las expulsiones poetas y por ello botó a Balbuena. Sin embargo Aurich seguía con un hombre más y ni aun así aprovechó las circunstancias.
No fueron nervios. No fue presión. No fue desesperación. Lo que mostró Aurich en el Mansiche se llama falta de clase. Y un equipo que quiere ser campeón requiere para empezar coraje, garra y TEMPERAMENTO.
Esas virtudes no las tiene Aurich y por eso es que estamos como estamos. Ahora la tarea que se nos avecina es más dífícil. León mantiene sus nueve puntos y quedan doce por disputar. El Ciclón para ser campeón tiene que ganar todo lo que se viene y esperar que León pierda todo lo que le resta. Más fácil, creo, es ganar la Tinka.
Si ayer Aurich ganaba metía presión a León y estoy seguro que los huanuqueños se desmoronaban. Pero no fue así. Queda seguir rezándole a la Cruz de Motupe, como dicen los hinchas aurichistas. Y ojalá que la lección de Trujillo quede bien aprendida: sin temperamento no se ganan los partidos.
Kike Ciclón
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