-Buena cantidad de público concurrió al estadio Elías Aguirre. Y lo que fue mejor, la mayoría vestido de rojo. La número doce se hizo sentir en el duelo frente a los poetas...
-Los gritos de ¡Aurich!¡Aurich!¡Aurich! retumbaron en el estadio y se oyeron hasta Trujillo...
-Oiga, se fue Diego Umaña y su cábala de las gorritas pero reapareció Franco Navarro con sus camisas blancas de la suerte, aunque ésta vez la acompañó con un saco plomo...
-Ahhh, Franco se estrechó en tremendo abrazo con Víctor Rivera, estratega de los poetas, previo al compromiso. Se notó que son patazas...
-Fue duelo de hermanos. Roberto Guizasola que reapareció en el Ciclón, se enfrentó a su hermano Guillermo. Ganó el aurichista que se jugó un partidazo llevando siempre peligro al arco contrario...
-Nuevamente estuvo espectacular el número de marineras que se ejecutó en el entretiempos. Palmas, señores...
-Diego Minaya tuvo que cambiar de camiseta tras un choque le costó una pequeña herida en la cabeza. La camiseta del aurichista quedó ensangrentada. El defensa reingresó con un enorme vendaje...
-En los minutos finales, Luis Tejada, tras un lateral, se acercó a la hinchada y reclamó más aliento. El público ya saboreaba la victoria y se había olvidado del aliento...
-A propósito, tras el 3-1 con la anotación de Israel Kahn, se oyó a todo pulmón el clásico olé, olé, olé. La verdad tiempo que no se escuchaba en el estadio aguirreño. Esperamos que se repita a lo largo de la liguilla...
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