Mejor no hubiera venido la luz. Nos hubiéramos ahorrado las cóleras, al menos por 24 horas, porque lo que hizo Aurich fue realmente pobre.
El apagón demostró, irónicamente, eso: Aurich no tiene luz, ni siquiera un destello, nada. Es una noche absoluta. ¿Cómo no se le va a poder ganar a un rival tan mediocre como lo es Pacífico, jugando de local y con todo a favor? Lo peor es que el Ciclón ni siquiera lo intentó. Naufragó en un mar de errores, en una apatía desesperante y careció de ideas para abrir la defensa contraria.
Estamos muy, pero muy abajo en la tabla. Los líderes nos han sacado demasiado ventaja y a ese paso, en vez de que Aurich pelee por la corona, tratará de salvarse de la baja en las fechas que se vienen del campeonato.
Edwin Oviedo se equivocó trayendo a Bakero. Y estas son las consecuencias. El equipo está sin brújula, regalando puntos, sin ganarle a rivales pobrísimos como Pacífico.
Erick Delgado tuvo poco trabajo pero logró salvar asta dos goles cantados de los rosados. Guizasola puso muchas ganas pero todos sus centros y desbordes fueron mal hechos mientras Céspedes tuvo el peor partido desde que está en el Ciclón.
Fleitas y Ramos tuvieron poquísimos trabajo mientras que Rojas se contagió de la desesperación, sumándose al ataque sin aportar nada. Peor estuvo Atoche, consagrado con su remate al arco que se fue al lateral.
Guevara fue una nulidad total, ratificando su escaso aporte al equipo mientras Viza y Sánchez no aportaron absolutamente nada. Pacheco las peleó arriba pero estuvo con la suerte de espaldas en el día de su cumpleaños.
Velarde y Kahn tampoco hicieron gran cosa, sumándose a la inoperancia del equipo y el chiquillo Regalado aportó únicamente entusiasmo.
Aurich no tiene luz, señores. El apagón lo demstró.
Pepepe
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