No es para armar una caravana, hacer un carnaval o destapar muchas cervezas, pero el triunfo 2-1ante UTC es tonificante. Tampoco es que Aurich se jugó un partidazo, fue una máquina y arrolló a los cremas, pero el triunfo permite recuperar la fe y aunque se volvió a ofrecer poco juego efectivo, por lo menos se consiguieron los tres puntos.
Aurich no convence en absoluto. Tras los buenos momentos al principio del torneo, el equipo ha caído en una terrible monotonía. Juega a nada, todo lo quiere resolver con pelotazos o zapatazos de fuera y así, jugando a lo cavernícola no se gana. Por eso el equipo tuvo esa mala derrocha sin victorias.
Bakero, luego de inyectar al equipo de temperamento y exigir un buen pressing al contrario, se quedó sin argumentos. Su repertorio es tan limitado como el juego que ofrece Aurich y por ello el equipo sufrió demasiado para ganar.
Lo importante es que se ganó y permite recuperar, en algo, la fe.
Erick Delgado estuvo en una excelente jornada, con importantes atajadas. Lució sobrio y seguro en los palos. Roberto Guizasola solo ofreció chispazos pero puso bastante ganas, al igual que Jair Céspedes aunque este último se desesperó con la ineficacia roja, tirando balonazos a la prepo, malogrando buenas oportunidades.
Fleitas y Ramos no tuvieron muchos problemas contra un rival demasiado defensivo en tanto que Rojas lució perfecto en la contención y rubricó su buena labor con un gol.
Atoche estuvo bien en el ida y vuelta en tanto que Viza aportó muy poco al igual que Alexander Sánchez que se perdió un gol infame. Guevara no es el 10 que necesita Aurich, simplemente.
Pacheco volvió a deleitarnos con un golazo de tiro libre y pudo marcar otro que fue al poste.
Kahn ofreció entusiasmo únicamente y Velarde no aportó nada.
Un triunfo valioso en el aspecto anímico aunque volvió a evidenciar que Aurich sigue sin afiatar.
Kike Ciclón
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