Qué mala tarde

Todo estaba preparado para una tarde inolvidable. Sol, graderías llenas, fervor en las tribunas, pasión en la hinchada roja y un equipo con mejores nombres que el rival de turno, sin embargo, a la hora de los loros, todo terminó siendo una mala tarde.
Y qué mala tarde. Aurich jugó pésimo, desordenado, sin brújula, extraviado en la cancha de plástico del Elías Aguirre y sus desaciertos facilitaron el triunfo aliancista por la mínima diferencia.
Hasta el gol grone llegó en una falla defensiva roja. Cristian Ramos y Leandro Fleitas se quedaron estáticos, Erick Delgado se confundió, nadie fue a la marca de Ibáñez y así, con un remate de cabeza ortodoxo y realmente providencial, marcó el único tanto del partido.
Aurich regaló el triunfo y la etiqueta de imbatible de local, justo en la reaparición en Chiclayo, en una cancha que también atentó contra el rendimiento del equipo, desacostumbrado a todos los defectos que tiene ese tipo de piso inadecuado para el fútbol.

Erick Delgado tuvo poco trabajo. Falló en el gol grone y tuvo una buena tapada. Después, los aliancistas no llegaron nunca, excepto dos patadones de Reyna que se fueron desviados.
Céspedes se contagió de a desesperación del equipo y no aportó nada, peor Guizasola que incluso cometió un penal más grande que el Elías Aguirre. Ramos y Fleitas, está dicho, fallaron en el gol grone y no hay más qué decir de ellos.
Atoche cumplió en la contención, incluso colaboró sumándose al ataque aunque sin ton ni son. Guevara no hizo nada de nada, peor Sánchez que pese a desbordar bien las regalaba todas a los aliancistas.
Kahn estuvo desacertado totalmente, desconocido, al igual que Oscar Vílchez que no intentó ningún remate de lejos. Ovelar, a su vez, equivocó de función y se empecinó en la jugadita, facilitando su marcaje a los rivales.
Pachecho entró y no hizo nada al igual que Mario Velarde que careció idea para aquietar el balón que iba y venía como globo en la cancha. Finalmente Junior Viza fue un cero a la izquierda.
En suma, Aurich jugó pésimo y dejó su invicto ante un rival que hizo lo suyo, replegándose para evitar lo goleen.

Ferreñafe