El Descentralizado ingresa a una paralización de quince días por la intervención de Perú en las eliminatorias y es momento preciso para el cambio de timón en Juan Aurich antes que sea demasiado tarde.
Bakero fracasó rotundamente y Oviedo se equivocó de cabo a rabo contratarlo. Decir lo contrario es tapar el sol con un dedo.
Si el presidente aurichista pretende "salvar" su error con un milagro que nunca va a ocurrir por la forma cómo Bakero plantea sus partidos, demasiado predecible, sin orden táctico, sin ideas, sin variantes, lo único que conseguirá será hundir más al Ciclón.
Si Oviedo no quiere pagar la rescisión a Bakero, entonces la solución es ponerlo a dirigir la reserva ahora que ya no hay partidos de esa categoría y por lo tanto, ya no podrá hacer más daño a la institución.
Es hora de un cambio urgente en Aurich, un nuevo técnico, otros aires, un "chip" diferente en el plantel.
No es posible que Bakero le haga la cruz a Delgado cuando el Ciclón está en peligro de bajar.
No es posible que únicamente se contrate a Tomasevich cuando Aurich es candidato al descenso.
No es posible que se mantenga a Bakero con tantas derrotas a cuestas, con actuaciones pésimas, con un equipo sin alma ni coraje.
Aurich ante Inti Gas fue lo mismo que en las anteriores fechas: un equipo predecible, que juega de una manera vertical, que no sabe qué hacer con la pelota, que no tiene gol, carece de profundidad y evidencia falta de trabajo táctico en la semana.
Bakero solo tiene un libreto aprendido. Cuando tiene el marcador en contra no sabe qué hacer y su falta de tino táctico se trasluce siempre en sus cambios desatinados.
Todo el mundo comete errores. Errar es humano, pero más humano es corregir. Oviedo se equivocó con Bakero y no querer reconocerlo es un error mayor. Mantenerlo en el cargo por terquedad terminará por matar al Aurich.
El Ciclón es el primero de los tres últimos. Al Unión Comercio le llevamos sólo cuatro puntos y el Ciclón, de seguir con Bakero, perderá irremediablemente con San Martín, lo que dejará las cosas peor que nunca.
Aurich necesita refuerzos con urgencia y un nuevo entrenador. De lo contrario, la baja es una realidad ineludible.
Es lamentable admitirlo pero este no es el Juan Aurich del pueblo, ahora tiene dueños y se hace lo que ellos quieren como llevarlo a la baja. Más interesa vender jugadores caso Pacheco y no perder la plata de la rescición de Contrato a Bakero. No hay socios que decidan el destino del Club y no tenemos barras como las de la U y Alianza que presionan al DT y jugadores cuando pierden. Para remate es asombrosa la falta de vergüenza de Bakero, a cualquiera se le caería la cara de salir derrotado permanentemente.
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