El gol del colombiano Luis Perea que nos dejó sin invicto. La derrota es una voz de alerta para el Ciclón. El equipo alterno de Juan Aurich demostró en Huánuco que no está al nivel de los titulares. Es impresindible reforzar aún más el equipo con un central de categoría, un lateral izquierdo y un delantero con pólvora en el área rival. De lo contrario, será imposible afrontar con éxito, en forma paralela, la Copa Libertadores y el Descentralizado.
Aurich no jugó mal, tampoco. El equipo tuvo entereza, garra, coraje y cayó luchando. Sin embargo, no fue capaz de hacerle daño al León. La buena labor de Luis Guadalupe, jugándose un partido de revancha ante su ex equipo, hizo que los intentos de Zúñiga y Ascoy quedaran siempre en nada.
No desalentar, aurichistas. Es un tropezón en el camino hacia el título. La ansiada revancha roja será la próxima sfecha que debemos sumar de a tres. Y a los huanuqueños los esperaremos en Chiclayo para saldar esta deuda que queda pendiente.
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