“Acá nadie puede bajar los brazos. Nada está perdido, el título todavía es posible”.
La frase proviene de Luis Fernando Suárez, pero involucra a todo su plantel. No es una simple declaración de la boca para afuera. El colombiano transmite convicción y el grupo asimila su optimismo.
Suárez sonríe ahora tras el triunfo sobre Alianza Lima.
–¿Cómo amaneció luego del triunfo sobre Alianza?
–Tranquilo, y no solo por el triunfo sino porque veo que en mi equipo hay una disposición para el trabajo. Por eso digo que vamos por el camino correcto. Acá nadie puede bajar los brazos. Al menos yo nunca lo hice.
–¿Y dormía tranquilo cuando los resultados le fueron esquivos?
–Siempre duermo tranquilo. Yo confío en lo que hago. El equipo no andaba mal, sino que los resultados no se daban. El arco se nos cerró, faltaba embocarla. Menos mal que ante Alianza todo fue diferente. No me agarró la impaciencia cuando los resultados eran adversos.
–¿Aurich depende de otros resultados para llegar a la final?
–Aurich depende solo de Aurich. Lo que haga el resto no me importa. Yo no me entrego todavía. Es muy normal que ustedes (prensa) quieran ver una final entre los dos grandes del fútbol peruano, pero yo no voy a claudicar fácilmente. Yo vine para ser campeón.
–¿Y en el tema de disciplina es partidario de la tolerancia cero?
–En primer lugar ,yo soy técnico y no policía. Cuando llegué sabía de la imagen que tenía el jugador peruano en este aspecto, era vox populi. Pero yo me doy cuenta cuándo un jugador no hace una vida de profesional. Todo se refleja en la respuesta física que despliega en los entrenamientos de la semana. Mis jugadores pueden tener vida social, no son monjes.
–¿Qué opina del maltrato a la gente de Alianza en el estadio?–En verdad quedé sorprendido por lo que me contaron. No puede ser posible que vayan a los camerinos y les corten el agua. Hace 20 años que se llevaban a cabo estas artimañas. Eso significa que el fútbol peruano tiene 20 años de retraso. Me imagino que el profesor Costas pensará que yo fui el autor intelectual. Le pediré disculpas. Estoy avergonzado y molesto.
–¿Si fuera directivo incentivaría al Inti Gas para ganarle a Alianza?–Yo solo pienso en ganarle al Áncash, ir a batallar contra la altura y contra un equipo desesperado por los puntos. ¿Incentivos? No sé, es un tema delicado, pero si es para ganar no estaría mal. Pecado sería recibir dinero para echarse.
–¿Se siente el técnico más caro del fútbol peruano?
–No me siento el más caro, sino el que más pide.
–¿Le gustaría dirigir a la selección peruana?
–Me seduce la idea, pero no me gustaría hablar de ese tema ahora. Todo tiene su momento y este no lo es para hablar de la selección.
La República
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