domingo, 22 de noviembre de 2009

Tanto nadar...


Qué feo es morir ahogado en la playa. Nos matamos todo el año alentando, nos soplamos el campeonato entero alimentando esperanzas para terminar noqueados justo a pocos metros de la meta.
Luis Fernando Suárez nos metió un balazo a todos. Derrumbó nuestras ilusiones y esperanzas. Hizo que Aurich se quedara sin esa corona nacional que hemos soñado 40 años, mandando una formación de primaria en una final de campeonato.
Tengo cólera. Tengo frustración. Quisiera patearlo todo. Porque yo quería ser campeón. Porque Aurich tiene equipo para ser primero. Porque nos habíamos ilusionado con la vuelta olímpica y duele terminar así, viendo que la fiesta que preparábamos con tanto afán para nosotros, la tendrán otros.
Aurich pudo ser campeón, pero todo confabuló contra nosotros. Las lesiones, la salida de Franco Navarro y, lo peor, la llegada de Suárez, un técnico que no supo ganar de visitante y regaló puntos claves de local. Así, jamás se puede ganar títulos.
La culpa no es de los jugadores. Lo dieron todo aunque nos fallaron ante Gálvez y con Sport Ancash, en esos partidos que más los necesitábamos, pero esos son gajes. El verdadero culpable es Suárez por ponerlos.
Aún yo tengo fe. Las matemáticas dicen que Aurich puede ser campeón. Rezaré para que Suárez se ilumine y haga en la cancha lo mínimo de bueno que hace un entrenador que, dizque, es reconocido internacionalmente. Pero hoy y mañana voy a seguir con mi cólera metiéndole patadas a muebles, sillas y lo que se me cruce en el camino. Porque yo quería ser campeón pero ese técnico colombiano lo malogró todo. Nos ahogó en la playa después de haber nadado tanto.
Bueno, el martes volveré a decir vamos Ciclón, aún se puede... aunque ni el más aurichista de los aurichistas me lo crea.

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