La voz de la hinchada es la voz de Dios. Todos los hinchas chiclayanos pedían a gritos que Franco Mendoza juegue de titular. Luis Fernando Suárez escuchó a la afición y se arriesgó ubicando al "Cabezón" junto a Mayer Candelo.
La necesidad de ganar, la presión de acortar las distancias a Alianza Lima y la ansiedad de vencer sí o sí, tras el resbalón grone en Recuay, hizo que Aurich empezara dubitativo, sorteando el balón y con pocas llegadas.
Entonces fue que se encendió la magia de Franco Mendoza. Primero fue a los 8' que un tiro libre la sacó con las uñas Johnny Soto y después, contagiado, a loos 19', Pedro Ascoy se perdió un gol cantado.
Y a los 39', Mendoza retribuyó todas las expectativas de la afición chiclayana. Con un golazo a su estilo. Un formidable tiro libre desde 40 metros que sobró a Soto. El Elías Aguirre retumbó cual terremoto, sacudiendo Chiclayo entero. Después de tres partidos, Aurich volvía a marcar.
Pero la fiesta no era completa si no había otro gol. Así lo exigía la hinchada. Y a los 44', el colombiano José Moreno, tantas veces cuestionado y resistido, se sacó el clavo con un sensacional cabezazo que dejó desairado a Soto, mandando la pelota a las redes: 2-0.
Aurich pudo marcar más goles en el segundo tiempo. Pedro Ascoy se perdió dos goles cantados, uno incluso en un mano a mano con Soto y el propio Moreno cuyo patadón de cerca quemó las manos del arquero rival.
La historia ya estaba escrita. Después de siete partidos ganó Aurich. Después de tres partidos hizo dos goles. Y al fin ganó Suárez.
Ahora nos toca ir a Chimbote. El sábado a las 4 de la tarde, todo Chiclayo estará pendiente de una nueva hazaña de Aurich.
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