¿Qué se puede escribir de una tarde para el olvido? Aurich jugó horrible, sin ganas ni garra, como si el equipo no peleara nada en el campeonato, tan solo cumplir con el libreto.
Ni los fogonazos del primer tiempo o el gol de Mayer Candelo sirvieron para prender los motores al Ciclón. Al contrario, el equipo se fue apagando paulatinamente para terminar arrinconado y salvándose de una mayor paliza.
El 3-1 ante Gálvez duele y mucho. Porque era un partido ganable. Porque Aurich fue más siempre que los chimbotanos, sin embargo la superioridad jamás se supo plasmar en goles y finalmente fueron los franjeados los que se llevaron los puntos.
La derrota, además, nos complica todo. Y cuidado que nos quedemos sin Libertadores ni Sudamericana pues Cristal, San Martín, incluso Vallejo, sabrán capitalizar el resbalón chiclayano para dejarnos sin una ansiada participación internacional.
¿Qué pasó? Erick Delgado declaró la víspera que Alianza Lima lo pretendía. Casualidad o no, fue responsable de los tres goles del Gálvez. Dos patadones de lejos y un balón fácil que no pudo contener.
El entusiasmo de Pedro Ascoy no alcanzó ante la defensa de Gálvez. Tampoco el buen despigue de Candelo o ls remates de Mendoza. Porque el equipo jamás tuvo oden y todas las buenas intenciones quedaron en tan solo eso: intenciones.
Cuánto se extrañó a "Cuto" Guadalupe. La defensa estuvo tan mal que para resumir, basta decir que los goles galvistas fueron regalos aurichistas.
Viene Alianza Lima a Chiclayo. La ilusión sigue, la fe es lo último que se pierde, sin embargo, jugando tan como ante Gálvez, la verdad que llena de sesaliento.
Y como dijo un hincha que fue con nosotros hasta Chimbote para terminar requintando y escpiendo su cólera: "si no pudimos con Gálvbez menos podremos ganarle al Ancash en Recuay o Cristal en Lima".
Foto: La ilusión del gol de Candelo se diluyó rápido.
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