Todos los aurichistas de verdad, los que queremos al club, esperamos con ansias el centenario, porque se suponía que la dirigencia iba a armar un gran equipo y como ocurrió en clubes como Alianza Atlético y Grau, formar planteles capaces de campeonar. Entonces, la ilusión era que Aurich campeone, celebrando sus cien años de fundación.
Pero en el Ciclón ha ocurrido al revés: se formó un equipo que solo pelee la baja, mediocre, sin posibilidades, sin aspiraciones y que tenga como único objetivo salvar la categoría. Increíble pero cierto.
La dirigencia, simplemente, hizo las cosas mal, se empecinó que el centenario tenía que dar penas en vez de alegrías a la hinchada y convertir lo que debía ser un carnaval, en un auténtico velorio, en una campaña solo de penas y frustración.
Los sueños de los hinchas de ver al Ciclón campeonar en sus 100 años de fundación, ver una campaña memorable y heroica y escribir una nueva página del gloria, finalmente han terminado en una horripilante pesadilla de la que todos queremos despertar de una buena vez.
Hay culpables, sí, y son los dirigentes que armaron este plantel sin alma, sin coraje, paupérrimo en todo nivel. No se invirtió en un plantel capaz de campeonar, no se contrataron jugadores de nivel ni se planificó una campaña acorde con el centenario del club. Desde un comienzo, Aurich salió a dar pena, estar entre los coleros, pelear la baja. Y ese es resultado de lo que hicieron, desde el comienzo, los dirigentes.
Aquí no es culpa de los entrenadores. Cardama o como ahora Cortijo, son profesionales y hacen su trabajo. Sin embargo, en el caso de Cardama, no debió aceptar seguir cuando vio jugadores sin carné de cancha, cuando empezaron a acumularse las deudas, cuando no llegaban los refuerzos de valía y se veía, finalmente, la desidia de la dirigencia. Lo que mal empieza, mal acaba y Cardama no cortó de hachazo toda esa suma de errores y mal trabajo, desde el primer momento.
Todos ilusionábamos ver campeonar al Aurich. Queríamos las mismas alegrías de Alianza Atlético y Grau, pero a diferencia de esos clubes, sus dirigentes sí trabajaron con ganas y voluntad, todo lo contrario a la dirigencia del Ciclón.
Cortijo afirma que el objetivo es salvar la categoría. ¡Qué consuelo! La idea era salir campeones y no estar entreverados en los últimos lugares de la tabla, dando pena, suspirando por un centenario que en vez de carnaval resultó velorio y ver nuestros sueños de retornar, a lo grande, a Primera División, pisoteados por un pésimo trabajo que no es de ahora porque se viene arrastrando desde que el Ciclón perdió la categoría en la Primera División y que ya colma toda paciencia.
¿Qué queda? Celebrar lacónicamente los 100 años el 3 de septiembre próximo, sin fanfarrias, ni corsos ni nada porque la dirigencia hizo un mal trabajo y malogró el centenario y, como es obvio ningún hincha aurichista tiene ganas de celebrar.
Ahora queda esperar que esta actual dirigencia renuncie y que entre a tallar al club gente pudiente, que quiera al club y logre hacer realidad, lo que debió ocurrir este 2022: salir campeones en el centenario.
Kike Ciclón
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